- The Pancake Bakery
- De Hallen
- Café Loetje
- Winkel 43
En mi visita a Ámsterdam, tuve la oportunidad de probar varios restaurantes y platos deliciosos. Aquí hay algunas recomendaciones basadas en mi experiencia personal:
1.The Pancake Bakery:
Ubicado en Prinsengracht 191, este restaurante es famoso por sus deliciosos panqueques holandeses, tanto dulces como salados. Probé un panqueque salado con jamón, queso y champiñones, y me encantó. El precio de un panqueque oscila entre 8 y 15 euros, dependiendo de los ingredientes.
Cuando visité The Pancake Bakery en Ámsterdam, tuve una experiencia culinaria realmente memorable. Al entrar en el restaurante, me recibió un ambiente acogedor y agradable, con una decoración rústica y cálida que me hizo sentir como en casa. El personal fue amable y atento, siempre dispuesto a ayudar con recomendaciones y sugerencias.
Decidí probar uno de sus panqueques salados, que venía con jamón, queso y champiñones. La espera no fue larga, y en poco tiempo, me sirvieron un panqueque de gran tamaño y perfectamente dorado. La combinación de sabores era deliciosa: el jamón tenía un sabor ahumado, el queso aportaba cremosidad y los champiñones le daban un toque terroso.
A medida que degustaba mi panqueque, pude ver a otros clientes disfrutando de una amplia variedad de panqueques, tanto dulces como salados, lo que me hizo querer volver para probar más opciones en el futuro. También me sorprendió la versatilidad de los panqueques holandeses, que pueden ser una comida completa o un postre, dependiendo de los ingredientes que elijas.
El precio de los panqueques en The Pancake Bakery me pareció razonable, especialmente teniendo en cuenta la calidad de los ingredientes y el tamaño generoso de las porciones. Al final de mi comida, me sentí satisfecho y encantado de haber elegido este restaurante para experimentar la tradición holandesa de los panqueques. Sin duda, recomendaría The Pancake Bakery a cualquiera que visite Ámsterdam y busque una comida deliciosa y reconfortante en un entorno acogedor.
2.De Hallen:
Situado en el moderno barrio de Oud-West, De Hallen es un antiguo depósito de tranvías transformado en un animado centro de comida, arte y cultura. Aquí, pude probar una variedad de platos de diferentes cocinas en el mercado de alimentos, como tapas españolas, sushi japonés y comida rápida holandesa. Los precios varían según el puesto y el plato, pero generalmente oscilan entre 5 y 15 euros.
Cuando visité De Hallen en Ámsterdam, quedé impresionado por la atmósfera vibrante y animada del lugar. Al entrar en el edificio, me encontré con un espacio amplio y bien iluminado, lleno de puestos de comida que ofrecían una gran variedad de cocinas internacionales y locales. El ambiente era animado, con personas de todas las edades disfrutando de la comida y la compañía de amigos y familiares.
Decidí explorar los diferentes puestos antes de decidir qué comer, y me sentí como si estuviera en un viaje gastronómico alrededor del mundo. Me detuve en un puesto de tapas españolas, donde probé unas deliciosas croquetas de jamón y unas patatas bravas. Luego, me aventuré a un puesto de sushi japonés, donde disfruté de un rollo de salmón fresco y cremoso aguacate.
También quise probar algo típico holandés, así que opté por un puesto de comida rápida local, donde me deleité con un «broodje kroket», un bocadillo de croqueta de carne. Los precios en De Hallen eran razonables, y me pareció que ofrecían una buena relación calidad-precio, considerando la variedad y la calidad de los alimentos disponibles.
Mientras comía, también tuve la oportunidad de apreciar el entorno de De Hallen. El edificio en sí es un ejemplo impresionante de la arquitectura industrial transformada en un espacio moderno y funcional. Además de los puestos de comida, había tiendas de diseño, galerías de arte y espacios para eventos, lo que hacía de De Hallen un destino completo para experimentar la cultura y el estilo de vida de Ámsterdam.
3.Café Loetje:
Este popular café, ubicado en Johannes Vermeerstraat 52, es conocido por su delicioso bistec holandés, llamado «Biefstuk». La carne estaba tierna y jugosa, servida con una generosa porción de salsa y acompañada de papas fritas. El precio de un plato de bistec en Loetje oscila entre 15 y 25 euros.
Cuando visité el Café Loetje en Ámsterdam, estaba emocionado de probar su famoso bistec holandés, conocido como «Biefstuk». Al llegar al café, me encontré con un ambiente acogedor y animado, con mesas ocupadas por locales y turistas por igual. El interior tenía una decoración cálida y una iluminación suave que invitaba a relajarse y disfrutar de una buena comida.
Una vez sentado, no tardé en pedir el plato estrella: el Biefstuk. La espera no fue larga y, en poco tiempo, me trajeron un plato generosamente servido con un bistec de aspecto delicioso, acompañado de una abundante porción de salsa y papas fritas crujientes. Al probar el bistec, quedé impresionado por su ternura y jugosidad, así como por el delicioso sabor de la salsa que lo acompañaba. Las papas fritas eran el complemento perfecto, ya que aportaban textura y sabor a cada bocado.
Además de la excelente comida, el servicio en el Café Loetje fue amable y atento. Los camareros se aseguraron de que estuviera satisfecho con mi comida y estaban siempre disponibles para atender cualquier necesidad. El ambiente animado y amistoso del café lo convirtió en un lugar agradable para disfrutar de una comida en Ámsterdam.
4.Winkel 43:
No podía dejar Ámsterdam sin probar el famoso pastel de manzana holandés, y Winkel 43, ubicado en Noordermarkt 43, es el lugar perfecto para hacerlo. El pastel tenía una corteza crujiente y un relleno de manzana deliciosamente dulce y especiado. Una porción de pastel cuesta alrededor de 5 euros.
Cuando visité Ámsterdam, sabía que no podía irme sin probar el famoso pastel de manzana holandés. Después de recibir varias recomendaciones, decidí visitar Winkel 43, ubicado en Noordermarkt 43, para degustar esta delicia local.
Al llegar a Winkel 43, me sorprendió el ambiente acogedor y hogareño del lugar. A pesar de ser un establecimiento pequeño, estaba lleno de gente disfrutando de sus postres y bebidas en un entorno animado. Las paredes estaban decoradas con elementos de decoración vintage, lo que le daba al local un encanto único y atractivo.
Una vez que me acomodé en una mesa, pedí una porción del famoso pastel de manzana. No tuve que esperar mucho antes de que me trajeran un generoso trozo de pastel, servido en un plato junto con una bola de helado y crema batida. La apariencia del pastel era tentadora, con una corteza dorada y crujiente y un relleno de manzana que se asomaba desde el interior.
Al probar el pastel, quedé encantado con la combinación de texturas y sabores. La corteza era crujiente y mantecosa, mientras que el relleno de manzana tenía una deliciosa mezcla de dulzura y especias. Las manzanas estaban tiernas y jugosas, y las especias, como la canela, aportaban un sabor característico que hacía que el pastel fuera único y delicioso. La bola de helado y la crema batida complementaban perfectamente el pastel, aportando frescura y suavidad a cada bocado.
El servicio en Winkel 43 también fue excepcional. Los empleados fueron amables y atentos, asegurándose de que estuviera satisfecho con mi experiencia y de que tuviera todo lo que necesitaba. En cuanto al precio, me pareció razonable pagar alrededor de 5 euros por una porción de pastel, dada la calidad y el sabor del postre.
Estos son solo algunos de los lugares en los que comí durante mi viaje a Ámsterdam. La ciudad ofrece una gran cantidad de opciones de restaurantes y cafeterías para todos los gustos y presupuestos.Consejos para viajar a Ámsterdam
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